Beatriz Zamora
En aquel tiempo de cuya memoria no tengo recuerdo, cuando la magna explosión decidió darse a luz, y con ella el infinito de infinitos, el tiempo, el espacio, en ese huracán de furor sagrado, en esa formación de partículas, átomos, electrones e interrelaciones cósmicas nacimos todos y todo. Los eones no tienen medida, la sabiduría, la inteligencia es al mismo tiempo espacio e infinito.
Los fiscos dicen que el 98% de toda la materia del universo es materia oscura, es negro absoluto, es vacío, es silencio, es la nada. Y a ese espacio que esta entre galaxia y galaxia los físicos le llaman “el potencial total de la ley natural”. Los místicos sabios le llaman el corazón de la madre oscura, yo le llamo “El Negro, la verdadera esencia de la vida”.
Esto es la base teórica de la obra, como sabemos cada ser humano tiene en su cerebro, una partícula de ese negro cósmico y por tal, tiene la inteligencia que tiene, sabiduría y conocimiento. El Negro fue la única relación que encontré como proyecto de obra para que cada persona al verlo pudiera reactivar esa partícula y al estar reactivada, esa persona inmediatamente se transformaría y entendería que es hijo del universo, con todo el poder del universo con que el universo mismo lo realizo. Esa es y ha sido la finalidad de toda la obra.
Beatriz Zamora