Beatriz Zamora
MI LEY
TIEME RANAPIRI
El sol puede nublarse, y aún el sol
Girará sobre su curso hasta que el ciclo esté completo;
Y aun cuando el sistema al caos se haya arrojado
Nuevamente un mundo reedificará el constructor.
Tu camino puede estar nublado y dudosa tu meta.
Continúa porque tu orbita está fija en tu alma;
Y aunque a la oscuridad de la noche te pueda llevar,
La antorcha del Constructor le dará nueva luz.
Tú fuiste. ¡Tú serás! Sabe esto mientras eres:
Tu espíritu ha viajado a lo largo y a lo lejos,
De la Fuente provino a la Fuente retorna pues.
La chispa que fue prendida eternamente arde.
Durmió en una joya. Y durmió en una ola.
Vagó por el bosque. Surgió de la tumba.
Vistió con extraños ropajes por eones muy largos,
Y ahora en tu propia alma aparece.
De cuerpo en cuerpo tu espíritu corre
Buscando la nueva forma cuando la vieja se ha ido;
Y la forma que él encuentra es tela que has tejido
Con el hilo del pensamiento en el telar de la Mente.
Así como el rocío es elevado para descender en lluvia,
Así tus pensamientos se alejan flotando y en destino se funden;
Por mezquinos o grandiosos, viles o nobles,
No los puedes evadir; ellos moldean tu Destino.
En algún lugar, en algún planeta, en algún tiempo y de algún modo
Tu vida reflejará los pensamientos de tu Ahora.
Mi ley es infalible y no hay sangre que la expíe,
La estructura que construiste solo tú la habitarás.
De ciclo en ciclo, a través del tiempo y del espacio,
Tus vidas, con tus ilusiones, marcharán a la par;
Y todo lo que pidas, y todo lo que anheles,
Vendrá a tu mandato, como la flama al fuego.
Una vez escuchada aquella Voz y terminado el tumulto
Tu vida es la vida del ser infinito.
En la apresurada carrera eres consciente de la pausa
Con amor al propósito y amor a la Causa.
Tú eres tu propio Demonio y tú eres tu propio Dios,
Tú moldaste los caminos que tus huellas han hollado.
Y nadie salvarte puede del Error o del Pecado,
Hasta que tú hayas escuchado al Espíritu Interno.
Atribuido a un Maorí